CONTRA LOS CULTIVADORES DE COCA Y LA PAZ

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Es bueno que los ministros del gobierno Santos muestren pรบblicamente sus diferencias en las estrategias internas para enfrentar el problema de las drogas. Y tiene su aire fresco el que ni el Ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, ni el de Justicia, Jesid Reyes, coincidan plenamente con el nuevo discurso del Presidente de la Repรบblica en los escenarios internacionales o en la cumbre sobre drogas de las Naciones Unidas (UNGASS 2016). Eso es sรญntoma de que algo se estรก moviendo en la vรญa de reformar la fracasada polรญtica mundial de guerra antidrogas y que se reacomodan fuerzas en pugna: por un lado la mรกs retardataria que quiere seguir centrando la lucha antidrogas en la guerra a la oferta y al campesino cultivador y otra mรกs innovadora que se sintoniza con los acuerdos logrados en La Habana, entre el gobierno y las FARC, o en la mesa de concertaciรณn con la Cumbre Agraria.

Los sectores amigos de darle prioridad a la guerra contra la oferta erradicando como sea las matas de coca y amapola (la marihuana esta en espera de las empresas farmacรฉuticas), han querido opacar la iniciativa positiva del gobierno en UNGASS centrando el debate en el aumento de hectรกreas cultivadas en 2014 y 2015. Segรบn cifras de UNOCD en 2014 se presentรณ un aumento de 40% en las hectรกreas registradas por sus medidores y en 2015 siguiรณ el ascenso hasta llegar a mรกs de 90.000 hectรกreas. Aรบn faltan datos y anรกlisis del mรฉtodo utilizado que tantas veces ha sido manipulado para incidir en los debates y presupuestos.

Esas son las cifras que destaca el Washington Post (18/04/2016) para titular que Colombia es el primer productor de cocaรญna en el mundo y de allรญ se prende tambiรฉn el Procurador para seรฑalar que el gobierno ha capitulado ante las FARC con la suspensiรณn de las fumigaciones aรฉreas con glifosato y que debe reanudarlas. El Mindefensa responde a la presiรณn de la oposiciรณn derechista y a la de los entusiastas de la guerra quรญmica anunciando que se preparan para una ofensiva de fumigaciรณn terrestre con el veneno, en otra campaรฑa de erradicaciรณn forzada.

El Ministro Reyes ha respondido a los opositores y al mismo Villegas que hay que ser coherentes con la postura defendida por Colombia en la OEA y en los escenarios previos a la cumbre antidrogas reforzando el enfoque de ataque a los eslabones mรกs fuertes de la cadena de valor y de las mafias internacionales. Eso significa dejar atrรกs la visiรณn militarizada de guerra, con su idea de lograr la meta imposible de cero consumo o cero cultivo, para enfocarse en la protecciรณn de la salud de la gente y en la reducciรณn de la violencia y de las violaciones a los derechos humanos que se hacen a nombre del prohibicionismo.

Los indicadores a discutir no son tanto las hectรกreas sembradas sino la reducciรณn de la drogadicciรณn, la mejor calidad de los servicios de salud y de la prevenciรณn, la disminuciรณn de los indicadores de morbimortalidad asociados a los excesos del consumo. Por el lado de la oferta a los opositores a la flexibilizaciรณn y regulaciรณn en polรญtica sobre drogas, no se les ocurre cuantificar las incautaciones de cuentas bancarias del lavado de dรณlares en Estados Unidos, Europa y sus paraรญsos fiscales. La UNOCD habla de 500.000 millones de dรณlares del narcotrรกfico moviรฉndose cada aรฑo en los circuitos financieros legalmente cubiertos y estos opositores no presentan un dato sobre el porcentaje de esa lavanderรญa que ha sido expropiado o sometido a procesos por enriquecimiento ilรญcito.

Como es frecuente en la manipulaciรณn de cifras, tanto el Procurador como los amigos de volver con el glifosato, omiten que el aumento de hectรกreas contadas en 2014 se dio mientras se mantenรญan las aspersiones aรฉreas y se fumigรณ mรกs que en 2013. No es que sean ignorantes en aritmรฉtica o refractarios a la lรณgica elemental que exige explicar de otra manera ese crecimiento. No entienden de correlaciones o se hacen los mensos para seguir en lo mismo: oponerse a los cambios en polรญtica y buscar otro รกngulo de ataque a los acuerdos de paz.

La explicaciรณn al aumento de sembrados de coca hay que buscarla en el impacto de la devaluaciรณn, de las oscilaciones del mercado ilegal de oro, el avance de los carteles mexicanos y europeos y la continuidad de la sin salida para los campesinos pobres de las รกreas potencialmente

cocaleras en la regiรณn andina. Tambiรฉn pesa el aumento de la resistencia de los campesinos a las campaรฑas militarizadas de erradicaciรณn forzada y a la continuidad de las fracasadas polรญticas de sustituciรณn de matas por nada efectivo.

Mientras el gobierno brilla en Naciones Unidas como parte de la alianza de paรญses que buscan cambios en las viejas convenciones antidroga en Colombia los mรกs retrรณgrados ganan puntos logrando situar la discusiรณn y las medidas a tomar en la guerra al cultivador. Se quiere desviar la atenciรณn de la revisiรณn general que debe lograr un enfoque de responsabilidad de los paรญses consumidores y de ataque a los que mรกs ganan en el negocio mundial. Se quiere meter el debate en el glifosato terrestre para oscurecer la ruta pactada de concertar planes comunitarios locales y regionales y buscar no la erradicaciรณn o sustituciรณn de matas sino la reconversiรณn econรณmica de territorios y el bloqueo no a la mata de coca sino a la cocaรญna.

No nos vamos a ahorrar el debate a los erradicadores terrestres con glifosato por la ineficacia y la violencia que introducen. Vamos a repetir los argumentos que exigen desechar el glifosato invocando el principio de precauciรณn en todas sus formas de uso tal como se desprende de las investigaciones sobre los riegos para la salud por ser potencialmente cancerรญgeno y por haberse probado que existe alguna probabilidad de daรฑos genรฉticos a las personas expuestas.

Pero ese debate tiene sentido si en lo fundamental se logran alianzas, incluido el gobierno y organizaciones internacionales, para una nueva polรญtica. Ese es el camino de la coaliciรณn por la reforma a la polรญtica sobre drogas y lo que necesita la transiciรณn a la paz.

Bogotรก D.C. 19 de abril de 2016 camilo@indepaz.org.co www.indepaz.org.co

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