DISPUTA GEOPOLÍTICA, GUERRA Y AMBIENTALISMO

por

Dario Gonzalez Posso

,

Realizar un debate eficaz sobre políticas públicas ambientales y defender los derechos de los Pueblos, exige hoy situarnos en el contexto mundial y de la guerra; aproximarnos a un análisis sobre los intereses geopolíticos que determinan o influencian tales políticas; y examinar las diversas posiciones que se expresan en este contexto. 

Es una tarea compleja e indispensable, una tarea colectiva a la cual invitamos. 

Destacamos aquí la importancia de la “unidad de acción” contra la guerra y la ultraderecha, también desde el ambientalismo ciudadano y autónomo. Pues, además, todo tiende hoy a ser militarizado, incluso las políticas públicas ambientales.

La Tercera Guerra Mundial

En relación con los escenarios actuales y próximos posibles en el ámbito mundial, sobresalen dos ideas: la primera afirma que el Mundo vive hoy “una multipolaridad dentro del capitalismo”; la segunda, plantea que estamos ad-portas de la “tercera guerra mundial”, que tal guerra se iniciaría si los Estados Unidos pasan a apoyar al Estado de Israel con una presencia más amplia y ostensible sobre los campos de la guerra.

   Los Estados Unidos han apoyado y apoyan al Estado de Israel, política y militarmente, contra el Pueblo Palestino que es víctima de un genocidio. La guerra de Israel es la guerra de EE. UU. en Oriente Medio. La tercera guerra mundial ya comenzó. Lo que se produciría ahora -con una entrada más ostensible de los EE. UU.-, no sería el inicio de la guerra, sino su globalización, a partir de la conflagración regional creada por el gobierno de Israel. 

   ¿Puede Israel sostener una guerra, como se observa, con tantos frentes simultáneos abiertos contra múltiples países y organizaciones militares, en el Oriente Medio, que tienen gran capacidad y también armas como drones y misiles supersónicos, entre otras? Pero Israel tiene armas atómicas.

   Los EE. UU podrían intervenir mediante enfoques de “fuerzas combinadas” o “aliados estratégicos” con los cuales fortalece la coordinación -o inter operatividad en el lenguaje militar-, y hace ejercicios conjuntos de guerra convencional en regiones críticas y estratégicas de América Latina y en otros lugares. 

   Los EE. UU también consideran la acción directa en el Oriente Medio, en primer término, contra Irán. Su Departamento de Defensa refuerza su capacidad aérea en la región y prepara hoy tropas adicionales que desplegaría si hace falta, según afirma, para la protección de sus propias fuerzas y “la defensa” de Israel; si fracasan, dice, los intentos diplomáticos de “disuasión” y de “contención de la escalada”. Entre tanto, Israel realiza bombardeos masivos sobre Beirut, capital de El Líbano, ocasionando miles de muertos y heridos y más de un millón de personas desplazadas. Y amenaza con armas atómicas a Irán.

   Hay otros “puntos calientes” en el Mundo, como la guerra en Ucrania que impacta a Europa, o el conflicto alrededor del control del estrecho de Taiwán; puntos desde los cuales también podría avanzar la globalización de la guerra mundial. La guerra, por supuesto, no son apenas los tiros y los bombardeos (con los que se afecta a la población civil incontables veces); no es solo la amenaza cierta de la utilización de las bombas atómicas y de destrucción masiva; es el desplazamiento de poblaciones y la migración; es el nacionalismo exacerbado de las derechas, que buscan ganar influencia en sectores de la sociedad, mediante el estímulo de la xenofobia y el racismo contra los pueblos que migran; xenofobia y racismo que son factores constitutivos y crecientes de la situación mundial de la preguerra y la guerra.

   Está en juego el balance del poder entre las potencias del Mundo. Con ninguno de esos poderes estamos, ni queremos estar. En sectores de la “izquierda” latinoamericana se observa una tendencia a identificar la actual situación mundial con la existente durante la llamada “guerra fría”, o incluso anterior a ésta, cuando aún existía la Unión Soviética. Algunos de tales sectores tienden al alineamiento con China potencia emergente, con vocación de reconfigurar las relaciones de poder internacional, lo cual preocupa a los EE. UU, de manera especial en América Latina, en la competencia por los recursos energéticos, minerales y biológicos. En relación con Rusia, los mencionados sectores de la “izquierda” hacen abstracción de su carácter autocrático, de sus intereses geopolíticos nacionalistas granrusos, y de su apoyo por ejemplo a la derecha neofascista europea. Otros ceden ante el poderío militar de los EE. UU. y la OTAN (Organización del Tratado Atlántico Norte). En todo lo cual caben múltiples matices y particulares incoherencias.

¿En el Continente americano, cómo se expresa la disputa geopolítica? 

Ya hemos esbozado, también en líneas muy generales, una caracterización sobre la militarización creciente de las relaciones internacionales y de las políticas públicas ambientales en nuestro Continente. Hemos dicho (véase referencias):

   En el contexto de la nueva revolución tecnológica, energética, del capitalismo, ante el declive de los combustibles fósiles, las potencias imperialistas y geopolíticas se disputan a dentelladas las zonas de influencia y los recursos naturales del Planeta. Una de las causas del despliegue de grandes fuerzas militares en el Mundo y en América es el control de los “recursos naturales” y sus fuentes, bajo relaciones neocoloniales de extractivismo; que, con la participación de las clases dominantes locales, conduce a la destrucción de la naturaleza y a injusticias sociales que lesionan los derechos de los Pueblos. El gran capital no abandona en la transición energética sus métodos brutales de acumulación y reproducción. No es propósito del capitalismo “salvar el Planeta”, ni cesar su condición depredadora de los seres humanos y de la naturaleza. 

   En nuestro continente americano tal control de los “recursos naturales” es parte esencial de la política de “seguridad” de los EE. UU., en competencia con otras potencias mundiales, en especial con China y Rusia; disputa geopolítica con China, que incluye los “minerales críticos”, significativos para la “transición energética” global, vestida de “verde”.

   El control militar de la selva amazónica y de su diversidad biológica y cultural, que es patrimonio de los pueblos, tiene una importancia estratégica. También los mares y sus riquezas. Los mares son el medio fundamental, en más de un 90%, de la comunicación, de las relaciones comerciales y militares en el Mundo; por lo cual las rutas y las vías interoceánicas, actuales o potenciales, tienen un lugar privilegiado en la “estrategia marítima” y militar de los EE. UU.

   En el “Corredor Marítimo, Ecuatorial Oriental” -que incluye el Archipiélago ecuatoriano de las Galápagos, las islas Malpelo y Gorgona de Colombia, Coiba de Panamá, Coco de Costa Rica-, el Comando Sur de los EE. UU impulsa un proyecto regional, con extensión al Mar Caribe (sobre la región ístmica del Continente); que en Gorgona, como en todas partes, viola los derechos territoriales de los Pueblos ancestrales, su exclusiva soberanía y conduce a crímenes de ecocidio.

   La estrategia de “seguridad hemisférica” e internacional incluye ejercicios militares de “la coalición” como los “Unitas” (véase referencias), o los “Mares del Sur” que en 2024 incorporaron un navío nuclear de los EE.UU., base militar flotante y móvil en nuestros mares. Tales operaciones no son nuevas, surgen en el contexto de la “Guerra fría” y de la supuesta política de “contención del comunismo”. Fueron cubiertas luego con el pretexto de la “guerra contra el narcotráfico”, que ahora invocan menos. Son ejercicios de guerra convencional, de “inter – operatividad para fortalecer las alianzas”, cuando la situación bélica en el mundo tiende a “ascender a los extremos”.










Mural en la Isla Gorgona. Foto: DGP

Internacionalismo y acción contra la guerra y la ultraderecha

En este contexto, no es una alternativa aceptable el alineamiento en esta guerra con alguno de los componentes de la multipolaridad capitalista actual, ni con bloques militares perfilados alrededor de las potencias imperialistas. Pensamos en tendencias y escenarios relativamente hipotéticos, pero las presiones ya son altas. 

   Una opción independiente e internacionalista es débil aún, pero es digna. No puede ser neutral, pues comprende un alineamiento con los pueblos, donde también los polos del “odio y el fuego” cooptan o pueden influenciar sectores. Por esto, la opción internacionalista es y será golpeada desde todo lado. No basta afirmar que “estamos contra la guerra”. La unidad y la acción contra la guerra y contra la ultraderecha es urgente. No entenderlo así es una irresponsabilidad histórica. Esto se debe plantear en los movimientos sociales y políticos, en los procesos electorales… y en los diversos movimientos ambientalistas, desde donde también es indispensable enfrentar a la ultraderecha y al militarismo que permea las políticas ambientales y las pone al servicio del extractivismo neocolonial. La militarización de las políticas sociales y ambientales combina el control de los territorios, de las poblaciones y de las riquezas naturales.

   La unidad no exige renunciar a la independencia crítica. En el caso de Colombia, por ejemplo, incluye hoy plantear la unidad de acción con el Pacto Histórico contra la derecha, no obstante divergencias explícitas, que no se declinan. Advertimos que las inconsecuencias, por ejemplo, en materia ambiental, pueden defraudar expectativas generadas por el programa que llevó al Pacto Histórico al gobierno; y las decepciones abrirle camino a la derecha. 

   Por eso preguntamos: ¿No es hora de romper las alianzas y compromisos militares de Colombia con el Comando Sur de los EE. UU., con la OTAN de la cual Colombia es “socio estratégico”? ¿Y con la “Fuerza Marítima Combinada”, de 41 países comandada por los Estados Unidos, que opera nada menos que en el Oriente Medio, con vocación de actuar en otros lugares del Mundo incluido nuestro continente? No bastan algunas acciones diplomáticas plausibles, como la ruptura de relaciones con el gobierno de Israel, por el genocidio al Pueblo palestino; ni los discursos y declaraciones por la paz. La coherencia es indispensable.

Por un ambientalismo ciudadano y autónomo

Ambientalismo “puro” sin análisis político, pensamos, es un peligro. No concebimos de nuestra parte un ambientalismo subordinado al gobierno, ni a ningún partido; pero no somos apolíticos. ¿Por qué resulta tan difícil entender que nuestro enfoque hoy “no es contra el Gobierno del Pacto Histórico”, al tiempo que propiciamos “una Agenda Ambientalista Alternativa”? ¿Por qué es tan difícil admitir que digamos que “nuestro accionar ambientalista no está dirigido contra la gestión del gobierno nacional”, al tiempo que afirmamos que “no estamos de acuerdo con muchas de las decisiones y gestiones en materia ambiental que hoy se preparan y ejecutan”? ¿Por qué resulta difícil para algunos aceptar que “ante las preocupantes acechanzas de la ultraderecha” orientadas a desestabilizar y ejecutar un plan fascista, “estaremos del lado de esta alternativa gubernamental como sendero hacia el cambio de nuestra atribulada matria, sin renunciar a nuestra discusión sobre temas como los que abordaremos en nuestra COP DiverGente”? (Véase Declaración Previa en Revista DEBATE)

   Nada de esto entiende, por ejemplo, un particular “centro” político, como el que existe en todos nuestros países. Este “centro” se destaca por su indeterminación política. En ocasiones se alía con la izquierda y el “progresismo”; pero tiene mayor vocación de alianza con la derecha, o con lo que desde ese “centro” denominan la “burguesía nacional”. En los procesos electorales tal “centro”, que se niega a la alianza con el “progresismo”, prefiere la abstención o el voto en blanco, en lugar de orientar el voto contra la extrema derecha.   La realidad es compleja, pero un recurso sofista es atribuir al divergente lo que no dijo, o citarlo de manera parcial para refutarlo con una “lógica” simple. En esto coinciden algunos defensores del Gobierno del Pacto Histórico y opositores al mismo que nos adversan. Comprendemos sus dificultades, pero no las compartimos. Nuestra opción irreductible, desde el ambientalismo ciudadano y autónomo, es contra la guerra y contra la ultraderecha, de solidaridad con los Pueblos y su exclusiva soberanía.

Referencias:

– Comando Sur de los Estados Unidos. UNITAS 2024. https://www.southcom.mil/Media/Special-Coverage/UNITAS-2024/fbclid/IwY2xjawF2GeRleHRuA2FlbQIxMQABHSjSLajlDAH1By3_XRJCuw_CIeOSA4QoG7ftTWcJkFDi-yu7twOc-sbYtg_aem_nH3kp7btAdXnlWqBtwFE8A/ 

– COP Divergente Cumbre Ambientalista Ciudadana y Autónoma. Convocatoria y Declaración previa. Revista DEBATE. 

– González Darío y Toro Catalina, ¿Una “base militar” en la isla Gorgona? Abril 2024. https://www.revistaciendiascinep.com/home/una-base-militar-en-la-isla-gorgona/

– González Darío, Amazonia y Gorgona, en la geoestrategia de EE. UU., Revista DEBATE.

– González Darío, COP16 Colombia: ¿“Paz con la naturaleza”? Revista DEBATE. 

– Palau Armando. Los oscuros pasajes de la Convención sobre biodiversidad, 8 de sep. 2024: https://larosaroja.org/los-oscuros-pasajes-de-la-convencion-sobre-biodiversidad/ – Revista DEBATE https://indepaz.org.co/revista-debate/

Autor

Archivos descargables en este artículo:

,


  • naturaleza guerra y paz en tiempo de cop16

    naturaleza guerra y paz en tiempo de cop16

    Autor Camilo Gonzalez Posso Presidente del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz – INDEPAZ. Magister en Economía, Ingeniero Químico. Especialista en Ciencias de la Complejidad. Ministro de Salud de la República de Colombia (1990 – 1992). Docente universitario (1968 – 1996). Firmante del acuerdo para convocar la Asamblea Constituyente (1990). Fundador -…

  • Alternativas al problema de la ganadería y la deforestación en la Amazonía

    Alternativas al problema de la ganadería y la deforestación en la Amazonía

    1. Ganadería y deforestación en la Amazonía. Los términos del problema.  En el portal de INFOAMAZONÍA se reseñaba en noviembre de 2021 “que la deforestación funciona como una cadena: En los extremos está la población más vulnerable, que tiene la ilusión de un pedazo de tierra y cultiva coca o lleva a cabo pequeña ganadería, después vienen los medianos beneficiarios, que se favorecen…

  • La vida es de los arriesgados

    La vida es de los arriesgados

    El documental “La Vida es de los Arriesgados” muestra expresiones del movimiento social frente a la pregunta del desarrollo en el sur del Caquetá, un departamento amazónico colombiano que ha vivido bajo el conflicto armado durante décadas. Los diálogos actuales del gobierno nacional con la guerrilla de las Farc y las expectativas de paz en…

  • paz territorial de las comunidades del pACíFICO NARIÑense – Salomon Majbub

    paz territorial de las comunidades del pACíFICO NARIÑense – Salomon Majbub

    Las apuestas de paz territorial de las comunidades del Pacífico Nariñense de cara a la paz total Por: Salomón Majbub AvendañoInvestigador del Área de Transformaciones Territoriales para la PazInstituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, Indepazsalomon.majbub@indepaz.org.coSeptiembre, 2024 Este documento es producto de unas jornadas de diálogo regional en el Pacífico nariñense realizado por…

  • “Los países en desarrollo están siendo expoliados” Dijo en la COP16 el Secretario General de la ONU

    “Los países en desarrollo están siendo expoliados” Dijo en la COP16 el Secretario General de la ONU

    “Los países en desarrollo están siendo expoliados” Dijo en la COP16 el Secretario General de la ONU Camilo González Posso Presidente de Indepaz Cali, 21 de octubre de 2024 La COP16 arrancó con voces progresistas en el amplio espectro de la disputa por las respuestas a la crisis socioecológica que marca estos escenarios multilaterales. De…

  • Más allá del asesinato de Líderes Ambientales en Colombia

    Más allá del asesinato de Líderes Ambientales en Colombia

    Colombia se ha consolidado como uno de los países más peligrosos para los defensores ambientales a nivel global. Los informes de organizaciones sociales colombianas e internacionales han documentado un panorama sombrío ya que cientos de líderes ambientales han sido asesinados desde la firma del acuerdo de paz. Autor Leonardo González Perafán Director de Indepaz y…