Por. Óscar Cardozo -Investigador invitado.
El 23 de abril del 2018, la líder ambiental Francia Márquez recibió el Goldman Prize en la ciudad de San Francisco (Estados Unidos). En su discurso de aceptación, dijo: “Soy una mujer afrodescendiente. Crecí en un territorio ancestral que data de 1636. Desde pequeños nos enseñan el valor de la tierra. Sabemos que los territorios en los que construimos nuestra comunidad y recreamos nuestra cultura no son un regalo, pues les costó a nuestros mayores muchos años de trabajo y sufrimiento en las minas y haciendas esclavistas” (Marquez, 2018)
Estas palabras, contundentes por demás, también posibilitaron, una vez más, hablar de aquel capitulo tan doloroso al interior de las comunidades negras del Norte del Cauca: El papel de las Haciendas en los procesos de desplazamiento y esclavitud de la población Afrocaucana a lo largo de su historia bajo el dominio imperante de unas cuantas pocas familias.
Bajo este orden de ideas, este trabajo indaga a través de los registros de esclavitud y despojo, el padecimiento de algunas comunidades negras asentadas en el lugar conocido como Hacienda Perico Negro, actualmente Veredas Unidas, adscrito al municipio de Puerto Tejada (Norte del Cauca) desde mediados del Siglo XVIII hasta finales del Siglo XX.