Henry Acosta: El emisario entre el presidente y Timochenko

acostaEsta es la historia del hombre que desde hace tres lustros ha trabajado silenciosamente en los acercamientos entre el gobierno y las Farc.

La historia es caprichosa y a veces se vale de personajes inesperados para dar sus giros decisivos. Es el caso de Henry Acosta, quien un dรญa cualquiera se cruzรณ por casualidad con Pablo Catatumbo en las montaรฑas del Valle, sin sospechar que ese encuentro lo llevarรญa a convertirse en el facilitador de los diรกlogos que llevarรญan al fin de la guerra en Colombia.

Acosta jugรณ un papel tan importante, que se fue convirtiendo en un canal de comunicaciรณn informal y directo entre el presidente y Timochenko. ยฟPero cรณmo un hombre que nadie conoce y que no ha figurado en las negociaciones llegรณ a ser tan determinante?
Acosta no es, como se ha dicho, un empresario caleรฑo. Es un economista quindiano apasionado por las empresas solidarias, que naciรณ hace 67 aรฑos en Gรฉnova y creciรณ en Calarcรก. Cuando terminรณ el bachillerato se fue a estudiar economรญa en la Universidad Nacional, pero eran tiempos turbulentos. En 1968 el Ejรฉrcito allanรณ esa alma mater, y el gobierno resolviรณ cerrarla. Entonces รฉl decidiรณ terminar su carrera en Cali. Allรก vive desde entonces, a orillas del rรญo Pance.

A finales de los aรฑos noventa, cuando actuaba como asesor independiente de cooperativas, viajรณ a Barragรกn, zona rural de Tuluรก, en el Valle, a ver un proyecto con desplazados, y fue retenido por un grupo de uniformados. Eran guerrilleros de las Farc que, como era usual en aquellos parajes, lo interrogaron y lo condujeron a una casa de la que saliรณ un hombre vestido de civil, desarmado y de pelo ensortijado: Pablo Catatumbo. Eran las nueve de la maรฑana y a las once de la noche la charla no habรญa terminado. โ€œMe pareciรณ un conocedor de la historia, con una visiรณn muy urbanaโ€, dice Acosta. Ese dรญa Catatumbo le pidiรณ que volviera a la semana siguiente. โ€œMe trae libritosโ€, le pidiรณ. Las conversaciones se hicieron frecuentes, siempre entre libros y con la paz como trasfondo. En ese entonces estaban languideciendo los diรกlogos del Caguรกn. Para Acosta el problema fue que allรญ nunca hubo agenda, y solรญa decirle a Catatumbo que la paz es como una conquista, โ€œse empieza con una florecita, con un poemaโ€.

Cuando en 2002 las Farc secuestraron a los 12 diputados del Valle, el senador Carlos Barragรกn buscรณ a Henry para que le ayudara a contactar a los guerrilleros y buscar la libertad de su hijo, uno de los rehenes. Acosta dijo que podrรญa ayudar en esa labor humanitaria solo si el gobierno lo autorizaba. El entonces alto comisionado de paz, Luis Carlos Restrepo, viajรณ a Cali y le otorgรณ un salvoconducto y asรญ empezaron sus gestiones. Luego de varias reuniones acordรณ con las Farc la liberaciรณn de tres diputados, pero, cuando Barragรกn dio una rueda de prensa al respecto, esa guerrilla decidiรณ dar marcha atrรกs. Sin embargo, quedรณ abierto el canal para hablar de un eventual intercambio humanitario, que fue durante gran parte de los dos gobiernos de Uribe la agenda polรญtica de esa guerrilla.

Las gestiones de Acosta llegaron muy lejos en esta materia. Llevaba y traรญa mensajes entre el gobierno y el grupo insurgente, siempre a travรฉs de Catatumbo, quien estaba muy cerca de Alfonso Cano. Se exploraron todo tipo de caminos, incluso con la participaciรณn de garantes de Suiza y Francia, y se llegรณ a considerar que Pradera y Florida, podrรญan ser โ€œdespejadosโ€ para iniciar un diรกlogo humanitario que condujera a buscar una salida polรญtica al conflicto. Era la estrategia de la flor y el poema.

Como una manera de generar confianza, Restrepo iniciรณ por intermedio de Acosta un acercamiento de su oficina con las comunidades rurales de esa regiรณn, al financiar algunos proyectos comunitarios. โ€œRestrepo decรญa que era necesario tener una gerencia de desarrollo rural para sacar de la pobreza a 2 millones de campesinos si se querรญa acabar el conflictoโ€, cuenta el facilitador. Pero entonces las Farc asesinaron a los 11 diputados en 2007 y se presentaron nuevos avatares de la guerra, como los ocurridos en 2008 con la muerte de Raรบl Reyes y la Operaciรณn Jaque, todo lo cual fue alejando esa posibilidad.

En 2009, cuando Restrepo renunciรณ para liderar el Partido de la U, Frank Pearl heredรณ el contacto con Henry Acosta como nuevo comisionado de paz. Con รฉl llegรณ incluso mรกs lejos. Cartas fueron y vinieron hasta lograr una propuesta concreta del gobierno: un encuentro cara a cara con las Farc en Brasil. Acosta llevรณ la misiva con toda la expectativa de que la respuesta fuera el comienzo de un verdadero proceso de paz.

A finales de ese aรฑo la guerra ya mostraba una tendencia al estancamiento. Las Farc estaban recibiendo muchos golpes aรฉreos, pero el gobierno se enfrentaba al escรกndalo de los falsos positivos y el de las โ€˜chuzadasโ€™ a las cortes. En marzo las Farc dieron una respuesta: era muy tarde. La tercera reelecciรณn de Uribe se habรญa caรญdo en la Corte Constitucional y en mayo serรญan las elecciones. Habรญa que esperar al nuevo presidente.

Cano, segรบn cuenta Acosta, estaba convencido de que la negociaciรณn era el camino y que era imposible tomarse el poder por las armas. Eso coincidiรณ con la sorpresa que Santos le dio al paรญs el dรญa de su posesiรณn, el 7 de agosto de 2010, cuando dijo que โ€œla puerta del diรกlogo no estรก cerrada con llaveโ€ y puso como condiciรณn que las guerrillas abandonaran el secuestro. Tambiรฉn se reuniรณ con su archienemigo del momento, el presidente venezolano Hugo Chรกvez, a quien le pidiรณ ayuda para avanzar en un proceso de paz.

En septiembre de ese aรฑo Santos y Henry se encontraron por primera vez. El presidente le mandรณ a la guerrilla un recado: que querรญa una reuniรณn y que como prenda de garantรญa mandarรญa a su hermano Enrique Santos. โ€œLas Farc vieron que la cosa iba en serioโ€. En octubre la respuesta fue afirmativa y nombraron a tres plenipotenciarios. El gobierno sumรณ a su equipo al consejero de Seguridad Nacional, Sergio Jaramillo, quien luego asumirรญa de lleno el liderazgo de la negociaciรณn de la agenda.

Durante todo 2011 se hicieron acercamientos muy accidentados en la frontera con Venezuela. Grandes dificultades logรญsticas y de seguridad se interponรญan en cada encuentro, algunos de los cuales se realizaron en la isla La Orchila, en una casa de descanso del propio Chรกvez.

En noviembre de ese aรฑo, cuando ya estaba claro que se iniciarรญa la fase exploratoria, y se habรญa definido que al frente de la delegaciรณn de la insurgencia estarรญa Timoleรณn Jimรฉnez, las Fuerzas Militares mataron a Cano. Las Farc lo entendieron como parte de la guerra, y siguieron adelante, esta vez con el jefe del bloque Oriental, Mauricio Jaramillo, a la cabeza de esa primera delegaciรณn negociadora, ya que Timochenko tuvo que asumir la comandancia general de la organizaciรณn guerrillera.

โ€œEl 21 de febrero de 2012 me reunรญ con Enrique Santos, Frank Pearl y Sergio Jaramillo, y me preguntaban si creรญa que las Farc entregarรญan armas. Yo respondรญ que esa era la sindรฉresis de la negociaciรณn. Tenรญan que hablar tambiรฉn de las causas del conflictoโ€. Dos dรญas despuรฉs empezaba en La Habana la fase exploratoria secreta que durรณ seis meses, hasta el 26 de agosto, cuando se firmรณ la agenda de seis puntos para iniciar formalmente las conversaciones de paz en la isla.

Desde entonces y hasta el pasado 23 de junio, cuando se firmรณ el acuerdo que le pone fin al conflicto โ€“cese del fuego y hostilidades definitivo y dejaciรณn de armasโ€“, Acosta permaneciรณ deliberadamente en el mรกs absoluto anonimato para mantener, como hasta ahora, su capacidad de diรกlogo con las dos partes. Algo insรณlito dado que es un hombre abierto, amiguero y conversador. Si algo ha hecho posible el รฉxito de su labor es su notable intuiciรณn y su talento para mantenerse en el medio en los momentos crรญticos, que, como sabe el paรญs, han sido muchos en estos cuatro aรฑos. A Henry lo escuchan ambos lados porque tiene la facultad de entender de forma pragmรกtica los intereses y las lรณgicas de cada parte.

En lo personal, es adicto al WhatsApp, a su esposa Julieta y al tango. Y su pasiรณn sigue siendo el cooperativismo, tanto, que ha sido crucial su presencia en La Habana para aterrizar las ideas que tienen las Farc sobre lo que debe ser su reincorporaciรณn, a travรฉs de una empresa de economรญa solidaria.

Tambiรฉn intentรณ facilitar un acercamiento de Uribe al proceso de paz. Hablรณ con รฉl por telรฉfono la รบltima vez en noviembre de 2015. โ€œLe dije que se montara con dignidad al tren de la historiaโ€. Pero, segรบn cuenta, Uribe dijo que no le interesaba la historia.
Henry Acosta tampoco buscaba un lugar en la historia, pero su papel como facilitador de este acuerdo de paz ya se lo ha asegurado.

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