Las viejas consignas de paz se hacen más legítimas en estas calles. Las mujeres con flores amarillas en las manos recuerdan que no han parido hijos para la guerra; y el resto somos bulto… crítico e indignado, pero bulto. Más observadores que partícipes, pero queriendo expresar de alguna manera que estamos cansados de la guerra, que nos solidarizamos con las víctimas, que nos duele su dolor, que sus lágrimas son nuestras.
Autor
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Director de Indepaz y del Observatorio de DD.HH. y Conflictividades de Indepaz. Investigador y tallerista sobre conflicto armado, DIH, justicia transicional, derechos étnicos, empresas y derechos humanos, impactos de empresas del sector extractivo y acompañamiento a comunidades en proceso de reasentamiento involuntario y consulta previa.