Economías criminales con y sin ceses al fuego
¿Matemática cualitativa?
Economías criminales con y sin ceses al fuego
Camilo González Posso
Presidente de Indepaz
Septiembre de 2025
En eso de las cifras todas las fuentes tienen un amplio margen de error, incluidas las oficiales. Comparando informes se puede decir que el margen de error puede llegar al 20% pues se basa en estimativos muy subjetivos.
Los que dicen que los cese al fuego experimentados con algunos grupos armados fueron de hecho un apoyo a su fortalecimiento, no han podido explicar porque los que presentan mayor expansión son precisamente los que no los han tenido, o solo pocos meses en estos tres años. Los analistas que se basan en datos coinciden en que han sido el Clan del Golfo y las disidencias del Sur Occidente las que han tenido crecimiento mayor en reclutamiento, nuevas áreas de impacto, recursos económicos y armamento. Y resulta que con esos grupos la norma ha sido la orden de ofensivas militares, con breves intervalos de tres meses en 2023 con unos y de seis con otros. Por lo demás nada de tregua (ver tabla anexa).
Del ELN, con breves periodos de cese, no se puede decir que se ha expandido en los últimos tres años. Y sobre el EMBF que dirigen Calarcá y Andrey, por circunstancias distintas, en condiciones de cese bilateral al fuego unos frentes se han fortalecido y otros, especialmente en El Catatumbo, se han debilitado.
Estas realidades disimiles por lo menos deben llevar a mirar otras variables que han incidido y siguen incidiendo en la permanencia y reproducción de grupos armados que se reconfiguraron y crecieron notablemente entre 2016 y 2022 sin que hubiera ceses al fuego, para seguir en su dinámica contradictoria hasta hoy.
Lo central de todos esos grupos post Farc ha sido agruparse en función de obtener rentas del narcotráfico, de la minería, la deforestación, la corrupción y la extorsión/exacción. Y es precisamente en el combate a las finanzas de las mafias y grupos armados ilegales en lo que se han presentado grandes fallas de las políticas estatales y gubernamentales.
En el gobierno Santos y cuando Duque se presentó un crecimiento acelerado de la producción de cocaína y de la captura de parte de las rentas para los grupos armados funcionales al negocio o participes importantes en algunos eslabones. El mapa de reagrupamiento de esos grupos coincide en mucho con los enclaves de la coca y pasta básica para cocaína, con las rentas ilegales de la minería del oro y con la regulación del acaparamiento y uso de tierras en el arco de deforestación en la Amazonía.
Se pueden evaluar las políticas gubernamentales sobre estos asuntos y encontrar explicaciones fáciles o complejas, pero en todo caso al final se tiene que las fallas estatales y de las estrategias contra las economías de los armados no pueden eludirse.
Durante el gobierno de Gustavo Petro se ha dicho de muchas maneras que la política de paz total debe acompañarse de la persecución a las economías ilegales. Incluso en los acuerdos firmados en las Mesas de Diálogos de Paz ha quedado escrito que es obligación del Estado y de la Fuerza Pública no dar tregua alguna a esas economías con o sin ceses al fuego y en todo el territorio nacional. A pesar de esta orientación es un hecho que casi todos los grupos armados organizados y mafias narco paramilitares han seguido fortaleciéndose en sus economías. Hay que analizar situaciones de posible debilitamiento en El Catatumbo con el Frente 33, en el Cañón del Micay y lo que pasa con Comuneros del Sur, pero para los demás grupos o frentes la realidad parece ser de mayor enriquecimiento.
Resulta muy precario el argumento de los que dicen que con ceses al fuego se le amarraron las manos a la fuerza pública pues, como está dicho, esas economías que alimentan a los grupos armados han crecido en territorios sin ceses. Entonces se dirigen las miradas hacia la “acción integral del Estado” para indicar que la contención o desmantelamiento de esas economías no es un asunto solo militar; se hacen menos preguntas sobre la efectividad de la fuerza pública cuando se concentra en objetivos de alto valor, en incautaciones, detenciones o “neutralizaciones”. Lo cierto es que en esto de combatir las economías de los grupos armados hace falta análisis y articulación con el conjunto de las políticas de seguridad y paz.
Tal vez ayude tener un más afinado diagnóstico de la relación de esos grupos con los complejos aparatos de poder que desde la ilegalidad y la legalidad reproducen cadenas de valor.
Cadenas de acumulación en complejos macrocriminales
Los grupos armados organizados de todo tipo, entre muchas características, son un eslabón en cadenas de acumulación y apropiación de rentas y su reproducción depende del conjunto macrocriminal que hace posible que fluyan mercancías y capitales.
Sin la realización en los mercados de alto consumo, de los cuales los de Europa y Estados Unidos son más del 60%, no hay retornos para las mafias e intermediarios locales, ni para los armados y ni siquiera para los cultivadores y productores de pasta básica.
Lo mismo puede decirse en la cadena de valor del oro que se ha disparado como complemento del lavado de activos ilegales y como mercancía de acumulación. La cadena de la corrupción no se queda atrás repartiendo rentas grandes y menores entre agentes del Estado, contratistas escogidos y armados que controlan a la gente y al territorio. Y así otras cadenas en la minería, el extractivismo y el acaparamiento de tierras. ¿Qué evaluación se ha hecho de las estrategias multifacéticas en esta materia? ¿Cuáles son los indicadores de efectividad y de reducción de la economía del multi crimen?
Si se trata de hacer ajustes en la política de paz y su articulación con la de seguridad y desmantelamiento de economías sustentadas en la violencia armada, hay que ver la matriz completa con todas sus variables y esa es una historia larga. En el tema específico que nos ocupa, tal vez estas preguntas ayuden a salir de la frágil explicación de la permanencia de grupos armados organizados por que se ha recurrido en algunos casos a acuerdos de cese al fuego.
¿Matemática cualitativa?
Si se trata de buscar una explicación a la permanencia de grupos armados y a la ampliación de capacidad de daño de algunos de ellos, lo primero que hay que hacer es tener claras las cifras, los mapas, las redes y sus conexiones que van hasta el lavado de activos y movimientos financieros.
En eso de las cifras todas las fuentes tienen un amplio margen de error, incluidas las oficiales. Comparando informes se puede decir que el margen de error puede llegar al 20% pues se basa en estimativos muy subjetivos. Se habla de varias cifras difíciles de confirmar pues ninguna fuente dice cual es su metodología. En general son estimativos al ojo. Mejor dicho, matemática cualitativa (una nueva rama de la aritmética). Un grupo o frente que se calculó en 2023 con 100 integrantes armados, se le suman otros 100 o más como gente de apoyo. Y en 2024 se estima que creció más o menos aproximadamente en 10% o 5% según el ojo del que escribe el informe. Luego las ONGs le suman o les restan pues a su juicio y según sus fuentes ese aumento puede ser mayor. Y otros sacan promedio. Al final lo que se tiene es una sensación o percepción iluminada por el sesgo político o de oficio del matemático cualitativo.
Así que cualquier número y porcentaje que se tome de referencia tiene un margen de error tan grande que en el mejor de los casos puede servir para indicar alguna tenencia, percepciones y lectura cualitativa a partir de hechos significativos. En esta línea hay una percepción generalizada de crecimiento de reclutamiento y economías de frentes armados en el Cauca y áreas de influencia hacia la costa nariñense, el sur del Valle y municipios del Huila. Lo mismo se afirma de los frentes directamente controlados por Calarcá en Caquetá, Sur del Meta y en San José del Guaviare hacia el Guayavero. El Clan de Golfo se ha expandido en Choco, hacia el Caribe en disputa con otros grupos como las Autodefensas Conquistadores de la Sierra. De los demás hay lecturas contradictorias y se percibe que no han crecido e incluso en casos se han reducido, como frentes del ELN y fracciones pequeñas de las disidencias post Farc.
Tarea pendiente
Hay buenos aportes de académicos para construir una explicación al por qué persisten grupos armados en Colombia después de los acuerdos de 2016 que llevaron al desmonte de las FARC EP y su paso a la vida civil. La perspectiva histórica y la dinámica de la matriz de determinantes en diversas fases o periodos de conflictos armados es un buen punto de partida. Aporta también la juiciosa apreciación de los alcances y limitaciones de anteriores acuerdos de paz, en especial los que se enmarcaron con la Constituyente de 1991 y el Acuerdo del Colón de 2016. Allí caben las vicisitudes de la ejecución de esos acuerdos y de las dificultades de adopción de políticas de construcción de paz no amarradas ni al modelo económico neoliberal ni a las transacciones post constituyente. Y por supuesto, hay que considerar los alcances y limitaciones de la paz total, de las estrategias de seguridad y de lucha contra las economías macocriminales que alimentan la reproducción de mafias narcoparamilitares y grupos armados organizados.
Todo esto para comenzar una evaluación seria, tan molesta a los oídos de la real politic y a los afanes de polarización electoral.
Grupo | En armas (cifra promedio de promedios) | Meses sin cese/meses con cese | Economías ilegales /departamentos |
1. EMC – (Iván Lozada Mordisco – Bloques del Sur Occidente, Amazonía y Guaviare) | 2750 | 26/10 | Cadena de la cocaína; cadena del oro; extorsión/Cauca, Nariño (costa), sur del Valle, Meta, Guaviare, Caquetá, Putumayo, Huila, Vichada, otros |
2. EMBF (Calarcá Córdoba, Andrey Avendaño – Bloques JS Briceño, Gentil Duarte y Frente Raúl Reyes)) | 1750 | 15/21 | Extorsión y exacción; multas y rentas forestales; cadena de la cocaína en Catatumbo y Putumayo/ Caquetá, Putumayo, Meta, Guaviare, M. Medio, Antioquia, N. Santander |
3. Segunda Marquetalia (Iván Márquez) | 450 | 36 | Sin información/Arauca, Vichada, Sur de Bolívar, otros |
4.. Coordinadora Nacional del Ejército Bolivariano/ Frente 57 / Grupos aliados | 700 | 36 | Cadena de la cocaína; cadena del oro; extorsión/Costa Nariño, Putumayo, Cauca, |
5. ELN (Ejército de Liberación Nacional) | 2250 | 28/8 | Cadena de la cocaína en El Catatumbo; cadena del oro; secuestros y extorsión/ Arauca, Norte de Santander, Choco, Bolívar, Antioquia, Cauca, otros |
6. Comuneros del Sur (ex ELN) | 200 | 36 | Cadena de la cocaína; cadena del oro/Nariño |
8.300 | |||
1. Clan del Golfo / Ejército Gaitanista de Colombia (EGC) | 3500 | 33/3 | Cadena del oro; cadena dela corrupción; cadena de la cocaína; trata de personas/ Dptos del Caribe, Urabá, Bajo Cauca, Antioquia, etc. |
2. Autodefensas Conquistadores de la Sierra | 250 | 36 | Extorsión; cadena del narcotráfico/Magdalena, Guajira, Cesar |
3750 | |||
Grupos armados organizados Tipo 1 y Tipo 2 | 12000 | ||
Bandas urbanas (.) Oficinas. |
Fuente: Estimativos de Indepaz