El Consejo Indígena del Cauca ha denunciado la acción combinada de efectivos de la Policía Nacional, con agentes y civiles armados que decidieron atacar en Cali con disparos a la delegación de la Minga y la Guardia Indígena. Este 9 de mayo la agresión se inició en la mañana cuando una caravana procedente del norte del Cauca pasaba por Jamundí y fue interceptada en forma violenta por gente armada. En operación simultánea en varios sitios de la ciudad, en donde la Minga acompañaba a grupos de manifestantes, llegaron personas a disparar directamente contra los comuneros indígenas acusándolos de propiciar bloqueos y desorden. Como resultado fueron heridos 10 comuneros, una de ellas de mucha gravedad. La reacción de la Guardia para protegerse llevó a enfrentamientos y al daño a vehículos de la Minga y también del transporte de los civiles armados que disparaban.
La Minga ha hecho presencia en Cali, como lo ha acostumbrado en otras jornadas de protesta en esa ciudad, en Bogotá y otras, para llevar la voz de los pueblos étnicos y reclamar atención del gobierno a las demandas propias y de la protesta social. En el paro del 21 de noviembre de 2019, la Minga de pueblos indígenas de todo Colombia hizo presencia en Bogotá y de nuevo en diciembre de 2020: su llegada fue acogida con alegría por la ciudadanía y la movilización y contribuyeron con su disciplina y autoridad a mantener el orden de las protestas controlando a grupos o sujetos violentos destructores de bienes públicos y privados. En varias ocasiones las autoridades locales y las universidades han ofrecido garantías de estadía a las mingas indígenas que han encontrado simpatía de la gente y oídos sordos del Presidente que no ha aceptado conversar y concertar soluciones.
En medio de la agresión que ha significado el asesinato de 28 jóvenes en Cali, decenas de heridos y más de 160 desaparecidos, la Minga indígena ha sido un apoyo para proteger la protesta y rechazar la violencia y el llamado vandalismo de infiltrados. En varias ocasiones en estos días de ataques armados en Siloé y otras áreas de Cali, la Minga ha sido clave para salvar vidas. Al mismo tiempo ha acompañado las asambleas y organización del pliego unificado con las demandas del movimiento destinadas a la conversación y concertación con el gobierno y el presidente de la República.
Ha sido ese apoyo, y papel organizador de la Minga, lo que la ha convertido en objetivo militar y de represión desde el gobierno, la fuerza pública y de estrategias paramilitarizadas de ataques armados. No ha faltado el racismo que quiere negar el derecho a los indígenas a ser parte de la protesta y a reclamar la presencia del Presidente, que se ha negado a ir a Cali a buscar soluciones en 12 días de movilizaciones y de hechos violentos contra la protesta. Por el contrario lo que ha propiciado el gobierno es la estigmatización, el señalamiento a la protesta con la repetida acusación de estar promovida e instrumentalizada por terroristas y narcotraficantes.
El reclamo desde la calle en Cali y desde la Minga solidaria es aparentemente sencillo: que el Presidente llegue a Cali y se ponga al frente del dialogo para concertar respuestas al Pliego Unificado construido en asambleas y publicado en la Declaración Política este 6 de mayo de 2021. Se le pide que no repita la maniobra de llegar de urgencia a reunirse con los mismos en un consejo de seguridad sin dar la cara a la gente.
La alternativa de Iván Duque es poner la cara y dar respuesta a los problemas urgentes o seguir en la ruta de la represión. Algunos de sus copartidarios le dicen que si continua en el desgobierno, la alternativa será la renuncia. Antes de que se meta en ese laberinto Duque tiene la opción de ofrecer soluciones a los problemas sociales que han desatado la protesta en lugar de dar la orden de primero militarizar e imponer el orden por el terror para después pensar en como burlar el pliego construido desde las asambleas y comunas. (ver Pliego Unificado de las Comunas en www.indepaz.org.co ) camilogonzalezposso@indepaz.org.co