Suena cuando menos irónico y cuando más xenofóbico y peligroso acusar a una comunidad históricamente olvidada de ser, de nuevo, el palo en la rueda de lo que se considera desarrollo.
LO QUE NO CUENTA ENEL

Suena cuando menos irónico y cuando más xenofóbico y peligroso acusar a una comunidad históricamente olvidada de ser, de nuevo, el palo en la rueda de lo que se considera desarrollo.