EL AGUA BENDITA

Por Indepaz

En lugar de oponerse al proyecto y hundirlo como habían anunciado, después de un desayuno en la Casa de Nariño decidieron recurrir a la táctica de la perfidia y aprobar otro texto como si fuera el de la iniciativa popular. Quitaron del original todo lo sustancial y por el contrario reforzaron los derechos de los negociantes que se quieren quedar con el control del agua y de la prestación de los servicios.

Como si fuera poco lo que pasa en este país con la violencia, la corrupción y las mafias paseándose en las esferas de poder, ahora el Congreso de la República decide meterle la mano al referendo del agua para permitir nuevos capítulos de apropiación privada de este bien público.

Pocas iniciativas ciudadanas pueden ser más importantes que está del Referendo Constitucional por el Derecho al Agua que fue respaldada con más de dos millones de firmas para defender una de las causas más nobles de la agenda de este siglo.  El texto de reforma firmada por la gente establece que el “agua es un bien común y público”, “el acceso al agua potable es un derecho fundamental” y  que todas las personas deben tener garantizado por el Estado un mínimo vital gratuito. Se instituye también que todas las aguas son bienes de la nación y de uso público y que el servicio de acueducto y alcantarillado no puede ser para el lucro privado sino un servicio público prestado directamente por el Estado o por comunidades organizadas.

No solo los dos millones de firmantes sino muchos más han estado pendientes de la suerte de la iniciativa popular de referendo del agua y de la oposición desatada por grandes empresas y por voceros de ellas y de los promotores de la privatización del agua. Es sabido que desde mediados del siglo pasado se desencadenó en el mundo la batalla por el agua y se pronosticó que en el siglo XXI se convertiría en guerras de dimensiones insospechadas.  Con el apoyo del Consenso de Washington y de Banco Mundial se lanzaron poderosas fuerzas a controlar reservas de agua, a modificar leyes y regulaciones para romper los monopolios estatales de los servicios de agua y saneamiento básico y volverlos mercancías. Aguas superficiales y subterráneas se ha vuelto más apetecidas que el petróleo o el oro y son fuente de apropiación privada o de expropiación a comunidades y naciones.

El referendo por el Derecho al Agua es una apuesta audaz dirigida a colocar las cosas al derecho y contener la barbarie de los negociantes a costa de la vida y tal vez por ello en unas cuantas horas es tomado por asalto y desvirtuado totalmente  este 22 de abril en la Comisión I de la Cámara de Representantes. En lugar de oponerse al proyecto y hundirlo como habían anunciado, después de un desayuno en la Casa de Nariño decidieron recurrir a la táctica de la perfidia y aprobar otro texto como si fuera el de la iniciativa popular. Quitaron del original todo lo sustancial y por el contrario reforzaron los derechos de los negociantes que se quieren quedar con el control del agua y de la prestación de los servicios.

Las mayorías uribistas que han encabezado este asalto al referendo del agua, hoy están celebrando a carcajadas. Aprobaron en un día dos referendos para despejar el camino del que verdaderamente les interesa y de la reforma política que lo complementa y le salva la cara a la parapolítica. Tenían que darle trámite a la iniciativas popular para poder entrar en la agenda reeleccionista sin alterar el reglamento y por eso hicieron la maturranga.

Ahora falta ver con que armas van a lograr que la Corte Constitucional les de vía libre a los engendros.  Cualquier cosa se puede esperar de estos tipos que no respetan ni al agua bendita.

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