Los grandes recursos se han dirigido a salvar a los grandes bancos y grupos financieros sin modificar las regulaciones, ni las reglas que les han permitido enriquecerse en las buenas y en las malas.
El acontecimiento de mayor trascendencia del 2009 y probablemente del 2010 es el desenvolvimiento de la crisis de la economía capitalista mundial y el colapso del modelo neoconservador que se impuso al mundo durante tres décadas.
La economía sigue en cuidados intensivos en los más poderos países de la OCDE que presentaron crecimiento cero o casi nulo en 2009 y pronostican no más de 1% en aumento del PIB en 2010. Pero lo más grave es que después del pánico por el estallido de la burbuja económica, con el desplome de las bolsas de valores y la quiebra de bancos y de las pirámides financieras e inmobiliarias, los gobiernos han ido acomodándose a las recetas más convenientes para los causantes de la crisis sin tocar las estructuras del sistema que siguen fracturadas. Los grandes recursos se han dirigido a salvar a los grandes bancos y grupos financieros sin modificar las regulaciones, ni las reglas que les han permitido enriquecerse en las buenas y en las malas.
En Colombia tenemos los resultados a la vista. Mientras la economía llegó al piso y el desempleo se situó entre los mayores de todo el continente, con cifras de 14% de la PEA, los bancos presentan utilidades superiores a los 8 billones de pesos en todo el 2009. El país se somete a la austeridad, más de 20 millones de colombianos se mantienen en la pobreza y cerca de 11 millones en la indigencia y entre tanto los mismos que se convirtieron en los traductores de oficio de las teorías pro- rico, de moda al final de siglo XX, ahora siguen con sus cuentos: cuando la economía crece hay que concentrar los estímulos y subsidios en los ricos y multinacionales para que sigan invirtiendo y si la economía se cae entonces también la clave de las soluciones la encuentran estos sabios en trasladar ventajas y rentas a los que más tienen para que no quiebren y supuestamente se enriquezcan al tiempo que comparten sus ingresos con la gente por la vía del empleo y sus tributos.
Los pronósticos para el 2010 no son muy alentadores. La economía seguirá estancada y en el caso de Colombia con el agravante de la crisis con Venezuela que está llevando los negocios al 10% de lo que se tenía en 2008. La ideologización y militarización de las relaciones entre los dos países llevó a la crisis en lugar de fortalecer el camino de una alianza para la paz y la integración económica que entrelazara los intereses de los dos gobiernos y así permitiera un manejo amistoso de los asuntos de seguridad.
Ojala los candidatos al congreso y a la presidencia de la República tomen en serio la formulación de políticas para afrontar la crisis de la economía que en realidad es resultado del fracaso de un modelo a escala internacional que por estos lados se importa sin mayor imaginación y sin aplicar ninguna inteligencia inferior o superior.