UN “REFRESCAMIENTO” POLITICO

Por Indepaz

El uribismo como proyecto político no cuajó. Se mantiene por inercia. Los crímenes lo atan al poder y allí está su trampa. El grueso de su base social está mantenida por los programas asistencialistas

 

Popayán, 3 de enero de 2009

Un año cargadamente político terminó gastando a los “actores” políticos en Colombia. Tanto en lo individual como a los partidos y grupos. Los personajes del año fueron Juanes, La Minga, los trabajadores “corteros” de caña, las víctimas de la violencia, de las “pirámides” y de la ola invernal. Hay que reconocerlo, la acción política necesita un “refrescamiento”.[1]

Uribe… estancado, enredado, repetitivo, y por sobre todo, políticamente solo. El PDA dividido por personalismos, sin equilibrio interno, sin retroalimentación, sin tendencias, sin visión estratégica. El partido liberal varado entre el neoliberalismo y la socialdemocracia. Ingrid Betancurt desfigurada por tanta presencia mediática y sin conexión con el país. De resto, nada de nada.

El uribismo como proyecto político no cuajó. Se mantiene por inercia. Los crímenes lo atan al poder y allí está su trampa. El grueso de su base social está mantenida por los programas asistencialistas (“familias en acción” y otros); que no es despreciable.[2] Ha tenido oposición en el congreso, pero ésta no ha trascendido con fuerza hacia la sociedad. En el año 2008 tuvo más peso el enfrentamiento de Uribe con la Corte Suprema de Justicia y con los presidentes de los países vecinos,  que con sus opositores políticos.

Los actores sociales fueron los protagonistas durante el año 2008. No sólo los “movimientos sociales” sino muchas formas de acción social. Las marchas fueron una fuerte expresión masiva, hayan sido convocadas por quien fuere. La gente quería manifestarse. Los artistas colombianos, no sólo han crecido en identidad cultural sino en fuerza interpretativa siendo reconocidos en todas partes. Se destacan los músicos pero también aparecen y crecen escritores, actores, y toda clase de expresiones culturales que están explorando nuestras raíces sociales y étnicas.

En el último semestre/08 la movilización social se convirtió en el principal desafío a Uribe. Para destacar y valorar: La Minga y las víctimas de la violencia. Sin pretenderlo consiguieron un acumulado político muy alto, visible ante el país y el mundo. A lo largo de sus gestas fueron la antítesis del modelo que se ha impuesto en Colombia: frente a la inmoralidad e indecencia de las clases dominantes se mostraron dignos y coherentes en sus propósitos; ante la agresividad de un mandatario autoritario fueron serenos y firmes en sus reclamaciones sin dejarse provocar; no se rinden ante la exclusión y la violencia pero soportan el dolor y la agresión con gran fuerza espiritual y convicción de lucha; y además, hicieron gala de organización y disciplina colectiva en un ambiente político saturado de personalismos inmediatistas de tipo utilitario. 

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Esa fuerza política debe ser apreciada en su justa dimensión. Es un capital a cuidar, que no debe ser dilapidado. No convendría canalizarse hacia un experimento electoral de carácter coyuntural (no faltará quien lance a Aída como candidata a la presidencia). Tampoco debería reducirse a ser el punto de partida de un evento reivindicativo de carácter nacional, tipo “paro cívico nacional”. Por un lado, el movimiento social ya demostró que no está en capacidad inmediata de hacerlo, y por el otro, sería malgastar una gran potencialidad. Deberíamos decir: ¡NO a la movilización por la movilización! Ya llegará su momento.

Las experiencias latinoamericanas nos indican que los liderazgos construidos en el movimiento social son los que han permitido impulsar verdaderos movimientos políticos de largo aliento. Chávez canalizó la rebelión-frustración de las masas reprimidas con “el caracazo” (1989) hacia un movimiento cívico-militar de carácter popular que hoy está al frente de la revolución bolivariana. Lula es la expresión de un movimiento obrero que organizó tanto al PT como un proceso que se alimenta de diversas expresiones sociales de gran riqueza reivindicativa y política como el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra MST. Correa en Ecuador no existiría sin los movimientos sociales que sacaron del poder a 3 presidentes durante una década. Y Evo Morales es resultado de la confluencia de luchas sociales de más de medio siglo que logró unir pueblos originarios, campesinos cocaleros, obreros mineros de mayoría india, sectores sociales citadinos e intelectuales revolucionarios con larga experiencia.

Grandes temas en Colombia necesitan grandes liderazgos. El liderazgo social y político de carácter democrático puede y debe actuar con grandeza y mucha perspectiva. La reconciliación como salida al conflicto armado y la solución integral al problema del narcotráfico necesitan un gran frente de carácter civilista, ciudadano, social y popular muy amplio. Ese puede ser el primer paso hacia una ACCION POLITICA de amplia cobertura que posicione esos nuevos liderazgos ante el país y el mundo.

La propuesta es conformar un FRENTE UNIDO de personalidades que representen esa mayoría de colombianos. Que empiece a actuar con mensajes sencillos pero de gran fuerza. Aida Quilcué y Feliciano Valencia, principales dirigentes indios actuando junto a  Iván Cepeda (movimiento de víctimas), Juanes, Chaquira, García Márquez o un intelectual de esa talla (lástima que ya no está con nosotros Orlando Fals Borda), y otras personalidades que ofrezcan el margen suficiente para generar un verdadero movimiento, con capacidad de convocatoria, que trascienda – sin excluir – a la “izquierda” y a los movimientos sociales.

Pienso que ahora La Minga debe ser POLITICA, en el mejor sentido de la palabra. Es decir, no partidista, aunque debe jalonar a los partidos y movimientos que sean lo suficientemente modestos para sumarse de la forma que vaya siendo necesario. Ahora La Minga debe ser SIMBÓLICA, enviar mensajes de gran calado y actuar con grandeza. Las bases indígenas campesinas ya suficiente esfuerzo hicieron, por el momento. Su poder está concentrado en sus mejores dirigentes. Ahora La Minga debe ser ESTADISTA, actuando por encima de intereses mezquinos, con categoría de gobernante de la Nación. Ahora La Minga debe ser INTERNACIONALISTA, sabiendo que el problema del conflicto armado y del narcotráfico requieren soluciones regionales y mundiales, y que se necesita la participación de los gobiernos de América Latina y de los mismos EE.UU.  

Creo que es la única forma de romper esquemas, acabar con la inercia que nos lleva a una práctica política eminentemente parlamentarista, rutinaria, aburridora, conservadurista, monótona y, sobre todo, personalista. Ello sería no sólo refrescante sino estimulante. ¡Ojalá así se diera!


[1] Refrescamiento: Ritual indígena que consiste en un baño de yerbas dirigido a buscar fuerza espiritual.

[2] De acuerdo al ex-ministro Rafael Pardo «El Presidente Uribe es el directo beneficiario de los programas y se vale de los consejos comunales, y de su transmisión por televisión, para mantener cautivos a sus potenciales electores, que no son pocos, pues solo Familias en Acción cuenta hoy con 1,5 millones de familias beneficiadas y aspira a elevar la cifra a 3,5 millones, cuando termine su segundo mandato, a un costo de 2 billones de pesos por período presidencial».