Arenga optimista… solo para escepticos

No han faltado intentos de diálogo, ni experiencias positivas, pero lo que más se recuerda y más tienen presente los jóvenes, son los fracasos, la memoria reciente de la frustración en el Caguán. Los acuerdos deRalíto para el desmonte de los paramilitares y narcoparamilitares, independientemente de las intenciones de sus promotores, terminaron desarticulando parciamente maquinarias infernales de muerte y han llevado a destapar la podredumbre de la parapolítica y la paraeconomía que se apoderó de buena parte del poder, pero sus herederos  siguen conspirando y manejando hilos de partidos o del Estado.  Si la guerra ha sido tan buen negocio para legales e ilegales y ambiente propicio para reconfigurar el poder y acumular fortuna ¿Por qué ahora se le puede apostar al éxito de las conversaciones que se vienen realizando en La Habana desde hace meses?