Leyendo los acuerdos de paz no es mucho lo que se encuentra sobre los conflictos ambientales: En la lista de temas que conforman la agenda de conversaciones “para la terminación del conflicto y la construcción de una paz duradera” no aparece expresamente el ambiente; en el texto de los acuerdos sobre desarrollo rural las palabras ambiente o socioambiental son mencionadas unas cuantas veces y en el documento conjunto sobre cultivos de uso ilícito y política antidrogas la dimensión ambiental no existe. Es poco probable que se le de un lugar importante en el capitulo de victimas así que el peso de la cuestión ambiental en los pactos bilaterales de paz dependerá de la suerte de a la lista de “pendientes”. Y como esa suerte es de pronóstico reservado lo cierto es que no será en La Habana donde se le dé la importancia que merecen los temas ambientales. Este trabajo queda entonces para las agendas que se logren posicionar en la definición de los planes territoriales de desarrollo, en el Congreso de la República o en los escenarios abiertos por la movilización social que hace suyo lo ambiental.