El mensaje de los Cabildos, en ese acto de destrucción de armas fue contundente: para vivir en paz es urgente desterrar las armas, desarmar la violencia armada. Ellos hablan por su pueblo y lo exigen de inmediato en sus resguardos y territorios ancestrales, pero al mismo tiempo están aportando una invitación a actuar desde la población desarmada para fundir las armas de guerra con una oposición radical a toda violencia armada.