La necesaria presencia de la OACNUDH en Colombia

por

La necesaria presencia de la OACNUDH en Colombia
Tathiana Montaรฑa
Indepazย 
25 de abril de 2006
A propรณsito del Seminario cooperaciรณn Internacional en procesos de paz, abril 24 de 2006ย 
La incorporaciรณn de la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia, obedeciรณ a la urgencia de implementar el mandato de Ginebra de 1993 para hacer visible la normatividad humanitaria y el respeto y la garantรญa de los derechos humanos en medio de las hostilidades.ย 
La oficina se creรณ con base en un acuerdo entre el Gobierno Nacional y las Naciones Unidas el 29 de noviembre de 1996, ย el cual entrรณ en vigor en abril de 1997 estableciรฉndose ย de manera permanente una oficina en el paรญs . ย 
Pocos aรฑos habรญan pasado desde la proclamaciรณn de la nueva Constituciรณn Polรญtica de Colombia de 1991, que sin lugar a dudas fue un acuerdo de paz que se inicia con el gobierno de Virgilio Barco y se consolida con el Cesar Gaviria. ย 
En esa coyuntura el Estado Colombiano inicia un proceso de acato la normatividad internacional; asumiรณ la responsabilidad de integrar al bloque de constitucionalidad el Protocolo II adicional a los Convenios de Ginebra de ย 1949 y en consecuencia fue aprobado por la Ley 171 de 1994. En 1996 Colombia ratificรณ la continuaciรณn de la misiรณn humanitaria del Comitรฉ Internacional de la Cruz Roja ย 
De hecho, era necesario implementar el mandato de la Oficina de la ย Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, es decir, ย observar la situaciรณn de violaciones a derechos humanos e infracciones al DIH; brindar asistencia tรฉcnica y asesorรญa al Estado Colombiano, a la sociedad civil, al gobierno nacional ย y demรกs instituciones en materia de garantรญa y protecciรณn de la poblaciรณn civil. ย Pero ย tambiรฉn era necesario alentar a la comunidad internacional, a conocer de cerca la situaciรณn polรญtica manifestada โ€œen el contexto de violencia y conflicto armado internoโ€ . ย 
De esta manera, la Oficina en Colombia no solo ha realizado un juicioso seguimiento a las atrocidades de la guerra por medio de los informes anuales, sino que tambiรฉn ha realizado decididamente un papel de ย asesorรญa a travรฉs de las recomendaciones a las instituciones, a la sociedad civil y a los actores armados del conflicto. ย ย 
Las recomendaciones que hace la Alta Comisionada, han sido y muy seguramente seguirรกn siendo materia de polรฉmica, debate, acercamientos o distanciamientos polรญticos de los diferentes sectores de la sociedad civil y de las ย instituciones.ย 
Sin lugar a dudas, ย no solo han puesto sobre el tapete los temas รกlgidos en materia de derechos humanos y derecho internacional humanitario, sino tambiรฉn han explorado los debates polรญticos como la existencia del conflicto armado interno, el tratamiento a las victimas, la discusiรณn de la ley de justicia y paz, la necesidad crear mecanismos idรณneos para aplicar justicia y la necesidad de abrir espacios para ย participaciรณn a la Comunidad Internacional, no solo como cooperaciรณn tรฉcnica y humanitaria, sino como cooperaciรณn polรญtica para hacer pactos de paz. ย  Algunos ejemplos de la multiplicidad de acciones de la oficina: ย 
En el aรฑo 2003 a travรฉs de sus 27 recomendaciones agrupadas en seis temas , el Alto Comisionado exhorta al Gobierno โ€œde hacer efectivo el Sistema de Alerta Temprana (SAT), establecido en el seno de la Defensorรญa del Pueblo, con la activa participaciรณn, cooperaciรณn y respuesta de la Vicepresidencia de la Repรบblica, el Ministerio del Interior y el Ministerio de Defensaโ€ (Recomendaciรณn 1, con base en el informe del 2002).ย 
En las recomendaciones para el aรฑo 2004 el ย Alto Comisionado โ€œinvita al Gobierno, al Congreso, a la Fiscalรญa General, a la Procuradurรญa General, a la Defensorรญa del Pueblo y a las organizaciones de la sociedad civil a profundizar la interlocuciรณn con la oficina en Colombia del Alto Comisionado, beneficiรกndose plenamente con su mandato de asesorรญa y cooperaciรณn tรฉcnica. ย Tambiรฉn invita a la comunidad internacional a dar su apoyo financiero y tรฉcnico a las distintas instituciones del Estado, a las organizaciones de la sociedad civil y a la Oficina del Alto Comisionado para contribuir a la efectiva implementaciรณn de las recomendacionesโ€. (Recomendaciรณn N ยฐ 29, con base en el informe de 2003)
Y el aรฑo 2005, la Alta Comisionada, la Seรฑora Louise Arbour presenta una ย invitaciรณn โ€œa las ramas y รณrganos del Estado y a las organizaciones de la sociedad civil a beneficiarse plenamente de la ย asesorรญa y cooperaciรณn tรฉcnica de su oficina en Colombia. ย Tambiรฉn invita a la comunidad internacional, en particular al grupo de paรญses que suscribieron la Declaraciรณn de Londres de julio 2003, a dar el apoyo financiero y tรฉcnico necesario para que las distintas instituciones del Estado, las ONG y su oficina, contribuyan de manera efectiva a la implementaciรณn de las recomendaciones que ella ha formuladoโ€ (Recomendaciรณn N ยฐ 27, con base en el informe de 2004). ย 
Esta รบltima recomendaciรณn, proporciona varios elementos para el anรกlisis que son รบtiles en una coyuntura en donde algunos intereses del Estado distan de algunos propios de la sociedad civil y de alguna forma, del mandato que tiene la Oficina de la Alta Comisionada en Colombia. ย 
La Declaraciรณn de Londres de julio de 2003 es un instrumento convenido por el Gobierno Nacional, la Sociedad Civil y la Comunidad Internacional para avanzar, entre otros, hacia la soluciรณn negociada del conflicto armado, el respeto de los derechos humanos de todos los colombianos y la necesidad no solo de mantener la oficina en Colombia gracias a su oportuno trabajo, sino tambiรฉn de implementar las recomendaciones que la oficina ha hecho.ย 
El proceso de Londres muy a pesar de las dificultades polรญticas sobre las cuales se gestรณ, ha logrado mantener vigencia y prueba de esto es la Declaraciรณn de Cartagena de febrero de 2005 la cual la ratifica y exhorta a las partes a continuar trabajando para alcanzar los propรณsitos enunciados. ย 
La oficina a travรฉs de sus informes y ย recomendaciones, ย le ha brindado elementos de juicio a la Comunidad Internacional para intervenir en Colombia en favor de procesos de negociaciรณn con los grupos alzados en armas e incluso, con grupos paramilitares. La conformaciรณn del G24 es prueba de ello. ย  La ofician le facilitado al Gobierno Nacional la interlocuciรณn con la Sociedad Civil y ha conducido a esta a mantener una comunicaciรณn mas estrecha con la Comunidad Internacional. ย Un claro ejemplo de lo anterior lo evidencia la consolidaciรณn de ย La Alianza de Organizaciones Sociales y Afines a partir del 2003, escenario de coordinaciรณn creado por diferentes sectores sociales, organizaciones de derechos humanos e iniciativas de paz, que ha logrado hacer consensos sobre unos mรญnimos (Vรฉase Consensos de la Sociedad Civil, 18 de marzo de 2005) y ย ha logrado mantener vivo el debate sobre los mecanismos, ejes y perspectivas de la Cooperaciรณn Internacional para la paz en Colombia. ย ย 
En este sentido el mandato de la OACNUDH en Colombia se debe entender tambiรฉn, como una instancia facilitadora que ayuda a tender puentes de comunicaciรณn entre diversos; ย que hace รฉnfasis, asesora y asiste sobre los temas cruciales para lograr un pacto de paz duradero sobre la base de la verdad, la justicia y la reparaciรณn; que puede reclamar a los gobiernos colombianos la urgencia de reparar a las victimas de un conflicto de mas de cincuenta aรฑos. ย 
Finalmente, el mandato aunque no sea explรญcito en ello, ย  otorga confianza para que los paรญses amigos o facilitadotes, incluso otros organismos multilaterales como la MAPP-OEA, participen activamente en los procesos en curso o los pendientes, tan necesarios para el paรญs. ย