Lo vital para este proceso es que encuentren el termino medio de lo posible en cada tema o subtema y que se entienda que allí no acabará la construcción de la paz, ni la disputa sobre el diseño de la sociedad y la institucionalidad necesaria para la paz; después de la dejación de armas, de la desmilitarización del país y de la política, tendrán que venir nuevas confrontaciones y nuevos pactos, porque como están las cosas de La Habana solo puede esperarse una cuota parcial. El resto dependerá de la conformación de fuerzas transformadoras en la civilidad y de la capacidad de prevenir un guatemalazo: pacto de armas sin pacto social con los desarmados.