LAS MATAS QUE CURAN

Por Camilo Gonzalez Posso

LAS MATAS QUE CURAN

 

POR : Diana Paola Valenzuela Rodríguez

Investigadora DE INDEPAZ Y DE OCDI-GLOBAL

En el norte del Cauca, los municipios de Corinto , Caloto , Jambaló, Miranda y Toribío le apostaron a la marihuana la transformación de su realidad atravesada por históricos conflictos sociales y armados; narcotráfico, violencia, pobreza.

La misma planta por la cual en el pasado reciente los habitantes de estos territorios fueron estigmatizados, perseguidos y excluidos, se erige como la posibilidad de “redención” -en palabras del Ministro de Salud- por cuenta de la irrefutabilidad de sus bondades en la salud humana y, claro es, de su apreciación en el mercado de la salud y la industria a nivel mundial.

El pasado jueves 6 de Julio en Corinto-Cauca, se llevó a cabo la presentación de Caucannabis que sustenta el proyecto piloto indígena-campesino “Manejo integral y alternativo del cultivo de cannabis. Caucannabis es una cooperativa integrada por habitantes de esta región que antiguamente eran criminalizados por sembrar una planta que hoy, en razón del innegable e irresistible escenario de mercado mundial, se convierte en la llave para la paz. “Marihuana , Justicia y Paz” sentenció el Ministro de Justicia Jorge Eduardo Londoño Ulloa, uno de los asistentes al histórico día.

La reunión, organizada por los alcaldes de los cinco Municipios tuvo como invitados de primera línea al Presidente del Senado, al caucano Luis Fernando Velasco como anfitrión, al vicerrector de la universidad Nacional de Colombia Jorge Iván Bula Escobar, al Ministro de Salud Alejandro Gaviria y al mencionado Ministro de Justicia .

Semejante plana ministerial y política de la región convirtió la reunión en un escenario de gran expectativa, de golpe demasiada, tanta que desanimaba un poco a los que pensamos que esta vez podría ser distinto, sin tantas falsas promesas, sin tantos anuncios que podrían quedarse , como lo previno el propio ministro de Salud “En puras ideas, en planes de borracho”.

Y es que la embriagues que reinaba en el ambiente parecía ser por la emoción de ver transformado en posibilidad de desarrollo aquello que hasta ayer desencadenaba zozobra, miseria y maldad.

Pero bueno, es el tiempo de la esperanza, del fin de la guerra, del advenimiento de las cambios que creíamos imposibles; confluimos también en el triunfo de otras miradas frente a los problemas que nos han aquejado por décadas , como la nefasta guerra contra las drogas, de la que ya no cabe duda que en realidad se trató de una guerra contra las personas.

Es justo que Corinto y los municipios que integran esa región, piensen vincular a sus pueblos a los beneficios del mercado de la marihuana medicinal e industrial. Por ello muchos oradores dijeron ante las autoridades presentes que no se trata ahora de que los nuestros sigan siendo proveedores, esclavos de mano de obra, de materias primas para la demanda internacional.

Como me decía un asistente en voz baja: “Los caucanos y en general nuestra población rural, ha desarrollado conocimiento técnico tradicional de un altísimo valor que exige apoyo financiero, legal y tecnológico de su Estado. Es la oportunidad de ellos, de nosotros como Nación, para hacer una industria fuerte, nacional, nos lo debemos. No podemos ahora permitir que semejante esfuerzo de aprestamiento institucional, normativo, comunitario, -por que además es un gigante esfuerzo de reconciliación- vaya a quedar al servicio de poderosas empresas extranjeras que se valgan de nuestra fuerza de trabajo para un lucro que suele escapar a nuestro sistema económico”.

Y pues son prevenciones fundadas, porque frente a planteamientos como el del Ministro de Justicia cuando dijo:

“Bienvenido un proceso en el cual, si bien es cierto hay que tener en cuenta que estamos en un mundo globalizado , una aldea en donde todo ya está al alcance de todos; claro que es importante mirar primero los intereses de nuestros ciudadanos, para así poder construir unos intereses mucho más grandes , mucho más universales”

O los del Ministro de Salud que dice que:

 Hay un debate muy interesante que se dio y que fue superado la semana pasada y era sobre la primera licencia que se dio para la fabricación y producción de cultivos. La idea que se dio fue bien interesante y era que los que ya tenían licencia para fabricación y producción de cultivos , empresas de afuera, pudieran utilizar materias primas de esta región . En eso vamos a trabajar, para que esas cadenas productivas, se encuentren y nosotros como ministerio poder utilizar ese poder de concitar las diferentes fuerzas que están aquí.”

Muchos aplaudieron. Los altos mandos de las Fuerzas Armadas allí presentes sólo escuchaban y miraban atónitos esa reunión de ministros y cultivadores de marihuana. Y la gente, que alternaba la alegría y el asombro, simplemente se quedó pensando.

Es una gran oportunidad, si, que como muchas de las que estamos viviendo, depende de que las decisiones desde el Estado, no repitan los mismos errores del pasado.

Desarrollar una alternativa de sustitución de cultivos de marihuana declarada ilícita por marihuana de uso medicinal, generando desarrollo económico y social a esta región del norte del Cauca debe ser la verdadera apuesta. Este un plan piloto de iniciativa en el territorio, un piloto soñado con todos los elementos para que sea el inicio del fin de la guerra contra las drogas en nuestro país.

Corinto, 6 de julio de 2016

 

Camilo Gonzalez Posso

Presidente del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz – INDEPAZ. Magister en Economía, Ingeniero Químico. Profesor en varias universidades entre 1968 y 1994, Ministro de Salud de la República de Colombia (1990 – 1992). Consultor del Ministro de Trabajo (2000 – 2002). Director del proyecto Centro de Memoria y Paz de Bogotá. Autor de varios libros, ensayos y artículos periodísticos dedicados a temas económicos, políticos o sociales de la construcción de democracia y paz.