Los interrogantes y alertas sobre las dificultades e incertidumbres paralizan la capacidad de acción de mucha gente, especialmente entre los jóvenes que han vivido su última década en medio del lenguaje recalcitrante de la guerra. Aquí está el reto mayor de este proceso: vencer el escepticismo y lograr el respaldo y la participación activa y adecuada de la mayoría en todos los sectores sociales. A favor de la necesaria irrupción de las manifestaciones por la paz esta la sintonía ciudadana en la exigencia de parar la violencia armada en contra de la población.