Otro poeta decía que es mejor el bla, bla que el pum, pum, pero desafortunadamente aquí no le hacen caso a los poetas y se practica la combinación de las formas habladas y las disparadas. Se habla hasta de paz pero para ganar espacio en la guerra.
“Paz, paz… decía un pajarillo sentado en una culebra mapana”
El Tuerto López, ese gran poeta cartagenero único en el mundo con estatua a sus zapatos viejos, nos dejó un escéptico mensaje sobre la paz en boca de ciertas especies. Y hasta la gente que nunca oyó hablar de él lo recuerda cada vez que llega la Semana Santa y nos invitan a reflexionar sobre las condiciones para que por fin se silencien los fusiles y nos dejen vivir tranquilos.
Otra vez se cruzan cartas y discursos sobre posibles diálogos humanitarios o para hablar de soluciones pactadas al conflicto violento que mantiene a Colombia en el Calvario. Las FARC dicen que estarían dispuestas a hablar de canje de prisioneros sin demandar municipios desmilitarizados y el gobierno les responde que estaría listo a hablar de paz si hacen un cese de hostilidades aunque sea por tres meses.
Parece que hablaran de lo mismo pero en realidad ni hablan ni quieren entenderse: las FARC siguen pegadas de la idea de canjear “prisioneros de guerra” dentro de los que incluye a policías, soldados, funcionarios, exfuncionarios y todo civil de pensamiento afín a su adversario; y siguen abrogándose el derecho a secuestrar con fines extorsivos a quienes le aplican su ley 002 mediante la cual someten a cautiverio, con desaparición y tortura, a unos civiles que consideran RCF (ricos, contribuyentes a la fuerza). A los diálogos para el canje le rebajaron Florida y Pradera, pero aún no se sabe si a un eventual diálogo sobre una agenda de paz definitiva le tengan rebajados los municipios que van desde El Caguan hasta el Ecuador que algún día mencionaron como espacio de seguridad para otros diálogos de paz.
Y el gobierno no se queda atrás en su galimatías: nada de canje, nada de intercambio humanitario sin condiciones y para la tribuna se anuncia guerra venteada hasta que los “bandidos y terroristas” muestren que están sinceramente interesados en dejar las armas.
Como diría el Tuerto López, estamos ante los discursos de pax,pax. Las Farc siguen entrampadas en su propio invento de mostrar fuerza y hacer negocio con los secuestros, rehenes o intercambio de cadáveres. Y el gobierno sigue haciendo campaña para mostrar que la única salida es la militar y la reelección de la seguridad armada.
Otro poeta decía que es mejor el bla, bla que el pum, pum, pero desafortunadamente aquí no le hacen caso a los poetas y se practica la combinación de las formas habladas y las disparadas. Se habla hasta de paz pero para ganar espacio en la guerra.
Pero ánimo que algo se está moviendo además del cambio climático. Es posible que por la gestión del grupo de Colombianos por la Paz en los próximos meses tengamos noticias de liberaciones y compromisos humanitarios de no más secuestros. Y esos pasos nos pueden llevar a que se vuelva a hablar de cese de hostilidades y de agenda hacia la paz sin que tengamos que pensar en la suerte del Tuerto y su tremena mapana.