La frase clave de la Declaraciรณn del ELN divulgada el 5 de agosto de 2016 es la del รบltimo pรกrrafo: “Mientras esta nueva Colombia no estรฉ garantizada y se mantenga un rรฉgimen oligรกrquico basado en la violencia sigue siendo un imperativo polรญtico mantenernos como rebeldes alzados en armas, para acompaรฑar todas las luchas de resistencia social”.
Semejante afirmaciรณn lleva a preguntarle al COCE sobre el sentido que le dan a las negociaciones que han pactado iniciar con el gobierno y su concepciรณn actual de la soluciรณn polรญtica del alzamiento armado y hacia la paz. La definiciรณn de paz que trae la declaraciรณn, aunque puede completarse con otros elementos, coincide con las definiciones que al respecto han hecho muchos acadรฉmicos del derecho a la paz, la construcciรณn de paz o la “paz positiva”; cada una de estas definciones reclaman en todo caso transformaciones estructurales construidas por el pueblo “que permitan la justicia social, la equidad, la dignidad y la soberanรญa”.
El problema a resolver en este momento de la vida de Colombia es si es posible un acuerdo de paz negociada que aunque no incluya en sus contenidos esos cambios estructurales si ofrezca mejores condiciones para luchar por ellos que las que ofrece, en este periodo histรณrico, la lucha armada.
Pablo Beltrรกn, uno de los principales comandantes del ELN, en una entrevista de la Voz de Amรฉrica decรญa que con las negociaciones, aparte de los resultados en cada punto de la agenda, pretenden pasar a una lucha sin violencia: “aspiramos -dijo – convertirnos en una fuerza polรญtica, que lucha por el poder dentro de ese sistema y en ese sistema”. Eso parece indicar que estรกn lejos de la idea de lograr en la mesa de negociaciones las reformas estructurales que definen la “nueva Colombia” sin violencia del poder oligรกrquico. Las garantรญas que reclama el ELN serรญan entonces para la lucha por el poder del pueblo en la legalidad. Los cambios que se aspiran en los acuerdos serรญan los mรกs avanzados que dicte la correlaciรณn actual de fuerzas, pero no serรญan la paz estructural ni la paz completa. Despuรฉs de los pactos seguirรญa la lucha por la paz entendida como construcciรณn de la nueva Colombia.
Si esa es la verdadera traducciรณn de la posiciรณn del ELN las probabilidades de รฉxito de las conversaciones de paz con el ELN son reales. Si se interpreta la Declaraciรณn de este 5 de agosto como “paz completa o rebeliรณn armadaโ, la suerte de las conversaciones esta en el limbo. (No debe olvidarse que el Papa dijo que el limbo no existe).
La Declaraciรณn del ELN expresa discrepancias con la esencia de los acuerdos alcanzados por el Gobierno y las FARC en La Habana. Es una discusiรณn conocida y sobre la cual se deberรก entrar en detalle en temas como los de justicia, participaciรณn o alcance de las reformas en materia rural, polรญtica, verdad o de los derechos de las vรญctimas. Si estuvieran de “acuerdo en lo esencial” otra serรญa la realidad de las negociaciones. Lo cierto es que el ELN pretende lograr en la mesa mรกs de lo que han logrado las FARC en reformas sociales y pactar el enjuiciamiento al Estado para que reconozca su responsabilidad en la guerra sucia y el genocidio, como parte del terrorismo oficial. Todas esas pretensiones pueden entenderse como entrada al proceso pero no deberรญan asumirse como lineas rojas pues es poco probable como estรกn las cosas que el gobierno pacte en Quito una condena por terrorismo de Estado que no se ha podido lograr en 20 aรฑos de movimientos sociales y reclamos nacionales e internacionales.
En lo inmediato es importante que estas discusiones se den simultรกneamente con la instalaciรณn formal de la mesa de negociaciรณn gobierno โ ELN y sus mecanismos de participaciรณn. Los vasos comunicantes con el proceso de La Habana son muchos comenzando por lo que ocurra con el Plebiscito. Paradรณjicamente sรณlo con el triunfo del SI en el plebiscito de refrendaciรณn de los pactos de La Habana tendrรก futuro una conversaciรณn de paz con el ELN. Y la implementaciรณn de los acuerdos tendrรก efectos inmediatos en la mesa de Quito si es que se instala.
Para terminar el cruce de cables, es oportuno que el gobierno revise eso de implementar los acuerdos con las FARC y escalar la guerra con el ELN mientras hablan de paz en Quito. La experiencia del proceso que estรก a punto de firma muestra que se necesita un ambiente tranquilo en el paรญs para que el pueblo participe y apoye. Asรญ que el primer anuncio en la instalaciรณn de la mesa gobierno โ ELN deberรญan ser las medidas efectivas de des-escalamiento hacia un cese bilateral, y de eso deberรญan ocuparse las conversaciones reservadas que estรกn pendientes para desbloquear ese proceso. Y en el camino tendrรก que desenredarse ese nudo entre soluciรณn negociada โ garantรญas para la acciรณn polรญtica โ reformas parciales y paz completa.
camilogonzalezposso@gmail.com Bogotรก D.C. 7 de agosto de 2016.