lo que ha venido ocurriendo en el Polo es el ejercicio normal que conlleva toda lucha de poder y toda competencia de liderazgos. Siempre hay exageraciones y malentendidos, no faltan los reclamos sobre la tergiversaciรณn de los argumentos del otro y menos faltan autenticas diferencias sobre como proyectar un gobierno o una oposiciรณn.
Comentaristas de todos los colores y analistas de varias ingenuidades andan alarmando por los debates entre diversos sectores del Polo Democrรกtico. Cualquier cruce de ideas o de frases huecas entre voceros de tendencias o grupos de opiniรณn es pretexto para decir que โestรกn divididosโ, โpintadosโ o que con tanto desacuerdo mรกs lejos se coloca de las opciones de poder.
Si el panorama fuera de unanimismo antes del Congreso que se inicia el prรณximo 26, los mismos columnistas y pontรญfices estarรญan hablando del โsรญndrome estalinistaโ heredado de no se sabe quiรฉn.
Y blabbla bla, pura carreta, porque resulta que esas discusiones que se han dado forman parte de la vida sana de los partidos. Para no ir muy lejos, repasemos a los uribistas en agrias disputas sobre los autรฉnticos herederos de la seguridad democrรกtica, los uribistas parapolรญticos y los que no se les revuelven o los uribistas conservadores con uribito a la cabeza, excomulgando advenedizos. Entre los liberales, como es lรณgico, tambiรฉn se agarran de las mechas; Samper se le atraviesa a una hipotรฉtica candidatura de Gaviria, Rivera se quiere llevar al liberalismo al uribismo, Pardo le disputa la seriedad de la seguridad y el centro derecha del centro y a Piedad los neoliberales nostรกlgicos la siguen viendo como medio afuera y medio adentro o un poco venezolana.
Asรญ que lo que ha venido ocurriendo en el Polo es el ejercicio normal que conlleva toda lucha de poder y toda competencia de liderazgos. Siempre hay exageraciones y malentendidos, no faltan los reclamos sobre la tergiversaciรณn de los argumentos del otro y menos faltan autenticas diferencias sobre como proyectar un gobierno o una oposiciรณn. Y esto es asรญ tambiรฉn porque el Polo es un partido y al mismo tiempo una confederaciรณn de tendencias, organizaciones y simpatรญas; allรญ se encuentran secretarios generales de partidos que conviven con secretarios generales de sindicatos o jefes polรญticos de antiguas formaciones que estรกn que se disuelven pero que continรบan sirviendo de referencia. En eso no hay mayor diferencia con la vida interna de los partidos socialdemรณcratas o laboristas y ni siquiera con la primera dรฉcada del PT del Brasil.
Casi todas las cartas del congreso del PDA ya estรกn jugadas y se puede pronosticar que despuรฉs del forcejeo ahora lo que sigue es ponerle letra menuda a los acuerdos que permitan intervenir eficazmente en la competencia electoral del 2010. El centro de la agenda no es programรกtica porque lo que puede estar claro ya fue aprobado y probado en la pasada contienda: si el PDA llega al poder harรก un gobierno al estilo de la izquierda latinoamericana, con un modelo lulaevochavezcorreista y un poco de pragmatismo del Cono Sur.
Ya se sabe que se va a dar un acuerdo, que Carlos Gaviria tendrรก el apoyo mayoritario, que una candidatura del PDA serรก el plante para posibles acuerdos con independientes, liberales y no uribistas. Ahora lo importante es cรณmo queda la foto al final del Congreso y como se le daรฑa la fiesta a los que quieren mostrar una izquierda dividida y en desbandada.