INICIEMOS EL NUEVO AÑO, CON UN SALUDO A CHILE…
… con un saludo a los triunfos de sus luchas democráticas y populares. Triunfos que se expresan en la nueva constituyente, que surge del gran levantamiento social del 2019, y en los resultados de las elecciones del 2021, que colocan a Gabriel Boric en la Presidencia de la República. Con tales victorias se fortalecen las luchas y las esperanzas en todo el continente.
Sin duda, un documento fundamental es el programa de gobierno que Boric presentó y agitó en la campaña: una buena guía centrada en los derechos humanos, las reformas sociales y democráticas… Boric se ha mostrado bastante sensible al movimiento social al cual se debe, junto con una nueva generación de dirigentes muy jóvenes a la que pertenece. Y ha prometido a los chilenos “un Gobierno con los pies en la calle”. Esto esperan las multitudes que aclaman la victoria electoral y que se sienten abriendo “de nuevo las grandes alamedas”…
Hay puntos críticos que, como advertencias, anotan algunas analistas: en octubre de 2019, Boric votó en el Parlamento el acuerdo para tratar de parar la movilización, los bloqueos y las barricadas; en la segunda ronda electoral -de hecho como concesión a prejuicios xenófobos de sectores del electorado-, se acercó a la deplorable política de Piñera sobre los migrantes; y en relación con la aplicación y alcance de las reformas y garantías sociales, que están en el centro de su programa, Boric busca tranquilizar a los poderes económicos con un compromiso de moderación, a nombre de la “responsabilidad fiscal y la estabilidad macroeconómica”.
Estos hechos, sin duda, deben ser tomados en cuenta. Pero no pueden llevar a ocultar que con el programa de reformas democráticas –bajo el manto del “Estado de bienestar” en oposición al neoliberalismo-, se está produciendo una ruptura trascendental, que puede abrir la oportunidad de reformas y cambios más profundos.
Lo indicado es actuar en función de las mejores tendencias de este proceso de resonancia continental, propender porque su evolución corresponda al espíritu y a las reivindicaciones del levantamiento social de 2019. Desarrollo que de antemano no está garantizado.
Bienvenidas las reformas democráticas. Su garantía está en la organización popular y la continuidad de la movilización, que no puede bajar sus banderas. Las presiones de grandes poderes, nacionales e internacionales, incluso sobre el nuevo gobierno, pueden ser brutales para impedir las reformas económicas y sociales, o envilecerlas. La derecha conserva un peso considerable en el Parlamento, que querrá hacer valer. Pero, con la elección presidencial de Boric, la Constituyente puede animar su fuerza para apoyar las reformas. ¿Qué sería de la constituyente y de la nueva constitución, sin este triunfo electoral? ¿Qué sería de este proceso con el ultraderechista Kats en la Presidencia de la República? Y no hay que olvidar que la ultraderecha conserva una fuerza impresionante.
Nada está garantizado de antemano, ya se dijo. Pero, con el Chile de hoy, hay razones adicionales en el continente para el entusiasmo con el cual saludamos este Nuevo Año.